NATUR-e
Natur-e
La pandemia de Covid-19 se desató mientras viajábamos junto con mi hija por la Patagonia argentina. Decidimos no regresar a la ciudad y quedarnos a vivir en las montañas durante la cuarentena. Cambiamos la comodidad de nuestra casa en Buenos Aires por una pequeña cabaña rodante en el bosque. Vivimos aislados allí durante nueve meses y pasamos el duro invierno patagónico en nuestro cálido nuevo hogar en El Hoyo.
El confinamiento global había llevado a la virtualidad casi todos los espacios de nuestra vida, como la escuela y el trabajo. Lara hizo su tercer grado de escuela primaria con una lenta conexión a internet y sin video. Había un fuerte contraste entre la libertad con la que vivíamos en las montañas con el encierro en las ciudades. En Argentina no había vuelos nacionales ni internacionales y ni siquiera estaba permitido visitar el pueblo de al lado. La naturaleza se observaba a través de las pantallas y yo sentía que junto a mi hija estábamos dentro de una pantalla, en una mágica realidad digital y pixelada. Cómo se podría representar la naturaleza atravesada por el mundo digital? qué colores tendría?
Con la llegada del frío y las lluvias comencé a fotografiar con fuego. Armé una antorcha de tres metros para atravesar e iluminar diferentes escenarios. Usé el fuego como una metáfora de quemar la vieja normalidad y empezar de nuevo. Este es el diario visual de esos meses junto a Lara, donde forjamos una estrecha relación entre nosotros, con la naturaleza y los animales. Fueron meses de una expansión creativa inigualable y dedicados a percibir y fotografiar los pequeños detalles del paisaje, las estaciones y los animales.Este diario visual documenta nuestra adaptación a este territorio desconocido a través de fotografías íntimas creadas durante la noche. Las imágenes se alteran por la irrupción del fuego, el color y las palabras de un vocabulario digital escrito con linternas en el aire.